Descripción
La espada en el mundo Celta es el símbolo del valor y del poder. Es un arma de defensa y de ataque . En todos los rituales, empuñándola con firmeza y con los movimientos precisos, se convoca a las entidades de las cuatro atalayas.
Se dice que los Elfos los genios que residen en el Elemento del Aire son los que ayudaban a las mujeres a empuñar la espada de manera que las manos femeninas puedan sostener esa pesada pieza de metal, como si fueran una pluma.
Con ella, sosteniéndola con las dos manos por la empuñadura a la altura del pecho, con la punta hacia fuera y caminando en círculo se levanta la muralla de protección contra todos los enemigos antes de comenzar cualquier batalla. Y ese es, hoy en día, el primer paso que se da antes de iniciar un ritual. Cerrar el círculo…
Señalando, como hacían los antiguos guerreros celtas, en los cuatro puntos cardinales hacia fuera, hacia un horizonte intuido y pronunciando las palabras de evocación se convocan a los elementales.
Sostenida con la mano derecha horizontal al cuerpo a la altura de la cintura y es una barrera que ninguna entidad maligna puede traspasar.
Cuando se la levanta por encima de la cabeza sosteniéndola con las dos manos es petición de que los Dioses permitan devolver los ataques y tomar la iniciativa en la pelea astral.
Y cuando se apunta con ella directamente hacia arriba, es solicitando de los Dioses que le otorguen los atributos y beneficios necesarios para seguir siendo, en todo momento la llave con la que cerrar y defender el templo, el círculo y sus cuatro Atalayas. Que es, en definitiva, como defender la esencia de la Magia.
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