LLUVIA DE ESTRELLAS DE AGOSTO: LAS PERSEIDAS
Agosto, de nuevo, es el mes en que el cielo se cubrirá de puntitos brillantes, bajo la atenta mirada de Ariadna, la Diosa de la Luna.
Hay quien llama a esas extrañas luminarias que atraviesan el cielo, lágrimas.
Yo prefiero creer lo que cuenta una antigua leyenda que habla de las Perseidas como las mensajeras de los dioses y asegura que, si consigues verlas, muchos de tus sueños se harán realidad bajo su influjo.
Los astrólogos ya lo han anunciado: lo más fuerte de esa cortina luminosa será visible en muchas partes del mundo y en Galicia podremos contemplarla, si estamos atentos, en la madrugada de algunos días de esta semana, pero sobre todo, en la noche y la madrugada del día trece.
A mí me encantan estas leyendas. Creo que hay mucho de verdad en ellas y si el tiempo acompaña, voy a estar algún rato en mi jardín, pendiente del cielo y esperando para contarle a las Perseidas mis deseos.
En mi cultura, todo lo que haces en torno a las diosas, ha de tener un tono ritualista y mágico, por eso, si te decides a esperar alguna de estas noches la visita de esas luces misteriosas, puedes prender alguna vela blanca en honor a la Diosa de la Luna, poner en los quemadores esencia de rosas, que es su favorita, y tener cerca de ti alguna ramita de romero, la planta que mejor la representa.
El sistema creo que ya lo sabéis, a las Perseidas hay que darles sueños para realizar y para hacerlo bien hemos de poner en marcha nuestra imaginación.
Imaginar, soñar despiertos. Crear en tu mente una imagen que represente lo que quieres conseguir, lo que deseas que la deidad de la noche te conceda, como si ya estuviera conseguido.
Cuando las Perseidas llenen el cielo de estelas brillantes piensa en lo que deseas. Piensa muy fuerte para que ellas, su Diosa, las estrellas y el universo entero, escuchen.
Cuando prenda mi candela, en ese momento, pediré que sea una antorcha que guíe los deseos de mi gente, los sueños de mi gente a donde las entidades mágicas puedan hacerlos realidad
Pediré por tus sueños, por ti, que crees, como yo creo, que la magia existe.
(La pintura es de Alexander Maranov)
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