EL PELIGRO DE LAS VELAS NEGRAS.
Las velas negras son utilizadas en ritos en los que se conecta con entidades oscuras.
Son las velas de la parte sombría y negativa de la magia y con ella se convoca a los Elementales para darles ordenes destructivas y maliciosas.
En los Altares de los Ritos Celtas y en los de Magia Blanca en general, las velas negras no arden jamás.
Son el símbolo de la negatividad, del mal, de la locura, del diablo y de la destrucción.
Cuando necesariamente hemos de simbolizar a Saturno o a la Diosa Epona en los rituales de limpieza, o para echar fuera a los enemigos o en aquellos trabajos donde sea preciso simbolizar las siete diosas, los siete planetas, sustituimos el negro por el marrón.
Para algunas de las ceremonias en las que luchamos para vencer la enfermedad o paralizar a los enemigos, las velas negras están presentes pero apagadas, se usan velas delgadas y frágiles que se partan con facilidad, porque su utilización es partiéndolas en dos o más pedazos en un momento del ritual, simbolizando así que se rompe y de destruye la agresión y la maldad de los enemigos.
Partidas se envuelven en un papel opaco o en pergamino, se rocían de sal y se entierran en una orilla húmeda, cerca del mar o de un río. Se dice que mientras la tierra las va deshaciendo se cumplen las peticiones efectuadas en el ritual.
De manera simple tomar tres velas negras, partir en dos cada una de ellas, pensando al hacerlo en el enemigo que queréis vencer, cubrirlas con sal y enterrarlas envueltas en papel de plata tal y como hemos indicado ya es un buen método para alejar a alguien de nuestra vida.
Si alguien os manda para algún trabajo mágico prender velas negras, cuidado. Os estáis metiendo en un buen lío. En un bucle del que podría ser complicado salir.
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