Descripción
Hay momentos muy puntuales, en la vida, en los que todo parece enredarse.
Momentos que los caminos se cierran, las metas se tuercen y sentimos que una nube oscura se ha colocado justo encima de nuestras cabezas.
Ahí es posible que necesitemos el amparo y la ayuda de todas las Diosas Celtas, para que cada una de ellas ponga al servicio de nuestra causa todo su poder y su sabiduría.
La rosa de siete pétalos es uno de los símbolos celtas menos conocido y tal vez el más antiguo y primitivo de todos.
Y aunque su origen en milenario y los primeros dibujos se han perdido, ha llegado hasta nuestros días, ya en época más cercana, grabada en los dinteles de las puertas y ventanas de algunas casas, incluso en algunos muebles o instrumentos de labranza.
Lo que, si es cierto, es que se considera un elemento muy fuerte de protección para combatir el mal de ojo, la envidia y la maldad en general.
Hemos recuperado como amuleto esa figura con tradición prodigiosa y le hemos añadido las piedras preciosas más importantes de las diosas celtas.
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