RECETA DE LA ABUELA: LA MAGIA DEL RELOJ DE ARENA
Es muy curiosa la función que mi abuela le atribuía a un reloj de arena.
Ella tenía uno muy antiguo de cristal y madera de cerezo y decía que deberíamos tener todos uno de esos medidores de tiempo, porque a través de él se puede, con un simple gesto, darle la vuelta a algunas circunstancias negativas
Aseguraba que ese reloj de arena le había ayudado a darle un cambio a algunas situaciones y momentos complicados.
También contaba que no era una receta para cosas muy complicadas, sólo para esas situaciones que se presentan de repente: pequeños malentendidos, enfrentamientos familiares, confusiones y enfados.
Basta con sostener el reloj de arena en las manos mientras pides, contando con detalle, lo que necesitas cambiar, y visualizas una secuencia que refleje ese cambio.
Luego gíralo e inmovilízalo.
Mantelo así, sin cambiarlo de postura, en algún lugar de la casa donde nadie pueda manipularlo, hasta que el cambio se haya consolidado.
En ese momento retoma el reloj, libéralo de su compromiso con estas palabras:
“Mis deseos conseguidos. El cambio realizado, fijado y sellado. Quedas libre de lo solicitado.”
Ella decía que de esta forma el reloj queda liberado y ya está listo para poder hacer uso de él, si necesitas de nuevo que algo cambie.
Alguna vez se lo vi hacer. Y siempre funcionó.
(La ilustración es de una de las pintoras más esotéricas y mágicas: Dorina Costras. La representación de los signos del zodiaco es un trabajo magnífico.)
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