PARA CONSERVAR EL AMOR DE LA PAREJA…
(Receta de la abuela.)
Hoy, no sé por qué, recordé esta receta de mi abuela…
Mi abuela decía que, en las habitaciones de las parejas, debería haber siempre símbolos, recuerdos, de las épocas más bonitas.
Ella aconsejaba una foto enmarcada de un momento feliz. Del momento más feliz que se haya compartido y que, si a lo largo del tiempo hay algún otro recuerdo -eso espero, decía ella- de la vida en común que supere al que refleja la foto, es bueno sustituir, en el mismo marco, una imagen por otra.
Decía también que no era conveniente elegir la foto de la boda, porque ese día no es el más feliz. Demasiada gente, demasiado lío, demasiado de todo y muy poca intimidad.
Es mejor escoger un momento muy personal, muy especial, más íntimo, de esos que te hacen suponer que la vida es maravillosa.
Nos decía, a las niñas y niños de la familia que, cuando llegara el día en que decidiéramos compartir nuestra vida con alguien, ojalá, con el paso del tiempo, tuviéramos que cambiar continuamente la foto, porque los momentos felices se fueran sucediendo día a día y superándose unos a otros.
Ella lo hacía. Cada poco tiempo iba cambiando la foto de su habitación de matrimonio.
Durante unos años, supongo que eran imagen de ellos solos. Luego con los hijos, más tarde con los nietos….
Y puedo aseguraros que, desde que yo tuve conciencia de lo que era ser feliz, cada fotografía superaba a la anterior, reflejando la inmensa unión y la felicidad de esa pareja que se amó y se respetó hasta el último día de sus vidas y yo imagino, o quiero imaginar, que más allá…
(Como en esa imagen preciosa de la pintura de André Kohn.)
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