La Botella de las Brujas
Existen las botellas de las brujas. Ya lo creo.
Cualquier recipiente de cristal cerrado simboliza el hermetismo y si contiene algo en su interior, ese algo le da el valor y la entidad de los materiales que se hayan utilizado para construirla.
En Galicia, las meigas usamos, para deshacer los maleficios, los atrancos del mal de ojo y la envidia, unas botellas muy especiales: las bollas de cristal que sostienen las redes de pesca, siguiendo una antigua y muy eficaz tradición.
Esas bollas, si han sido utilizadas, se consideran mágicas por que han estado en contacto con los cuatro elementos y se han cargado con el esfuerzo y el trabajo diario.
Lo primero es hacer una pequeña apertura con instrumentos adecuados que corten el cristal. Se les hace un agujero por el que se introducen las hierbas, los minerales y el resto de ingredientes.
Si consigues una de esas bollas, hoy ya en desuso y sustituidas por plásticos, tienes un tesoro. Llévala a una cristalería para que allí, manos expertas, le hagan el orificio que necesitas.
Pero si no la encuentras y te apetece tener en tu casa una botella de la bruja, ahí va otra fórmula:
Busca una botella bonita, pequeña, pero que tenga una boca ancha para poder meterle los materiales, y con un cierre bueno y que te atraiga y de color.
La más adecuada es del color de las bollas, verde. Tienes que meter en ella símbolos de vegetales, minerales y animales.
Los más adecuados son: del mundo animal, los dientes o colmillos de animales. De plantas, semillas, sobre todo las de coriandro, trébol o lino. De minerales, la piedra de siete metales, la galena, la piedra de azufre…
Una combinación estupenda es una muela de vaca, castañas de las brujas y piedra galena entre otras muchas cosas.
Si consigues elaborarla solo tienes que colocarla en un sitio central de la casa y no necesita más cuidados.
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