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EL PELIGRO DE LOS OBJETOS USADOS

Está más que visto que los objetos y los espacios se cargan con las energías de las personas que los han poseído y utilizado y que esa energía, positiva o negativa, la transfieren a sus nuevos propietarios.

Hay objetos que traen suerte y objetos que no.

Casas, muebles, coches, libros, antigüedades, joyas… han recogido la vibración, la energía de las personas que han estado durante un tiempo en contacto con ellas. Y siempre están dispuestos a contagiar con ella a los propietarios, a las gentes que no saben en realidad que están en contacto con elementos contaminados y contaminantes.

Si después de haber comprado una antigüedad o un objeto de segunda mano, sea de la calidad o del material que sea, notas alguna alteración en tu entorno, en tu vida, y no te explicas el por qué, piensa en que de alguna manera la vibración que tu desconoces de es objeto, la carga que trae consigo, puede ser la causa.

Son especialmente peligrosos, por las tensiones que pueden acumular, los objetos relacionados con el juego. También las joyas o los relojes, de los que se dice que pueden atrapar momentos trágicos de esperas y haber absorbido en alguna de sus horas la mirada inquieta o desesperada de alguien que haya contemplado su esfera con esas emociones en el fondo de la retina. Y las casa antiguas, los coches de segunda mano de los que no conocemos su procedencia, y las armas. Las armas casi seguro que le han arrebatado la vida a alguien, persona o animal, y esa muerte las carga con la energía de las últimas sensaciones antes de la muerte, sensaciones fuertísimas, se supone…

Como es difícil averiguar –no imposible, pero si difícil- si la energía de estos objetos es positiva o negativa, lo mejor es dejarlo neutro, limpiarlo para que puedas usarlo sin temor a que atraiga a tu vida negatividad o desgracia.

PARA LIMPIAR LOS LUGARES U OBJETOS USADOS:

Es un proceso muy sencillo.

En un recipiente de barro has de poner agua, unas gotas de esencia de ruda, unas gotas de esencia de romero y una puñado de hojas de ortiga.

Déjalo reposar tres noches de Luna menguante.

Con un paño rojo humedecido con el líquido, limpia los objetos, muebles, pequeñas piezas.

Si se trata de un local o de una casa echa un poco del agua preparada a la que tengas para hacer la limpieza normal.

Si es un coche pon especial cuidado en limpiar el volante, los pedales, los espejos y las ruedas.

(La ilustración es de Gerard Willemenot.)

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