El AMOR COMO ARMA DESTRUCTIVA
Hemos hablado muchas veces en este espacio del amor. Casi siempre entendiendo que el amor nos aporta, suma en nuestras vidas, nos hace felices… Eso es cierto, si es un buen amor. Porque el amor, aun siendo amor, puede ser un arma de doble filo.
Hay personas que retienen mentalmente a quien aman y no le dejan prosperar ni crecer, pensando en que, si desarrollan su potencial, pueden perderlos. Aman, es cierto, pero ese amor está lleno de ansiedad y miedo.
El amor y el miedo son una combinación tremendamente negativa que puede cortar caminos y frustrar las posibilidades de éxito. Ocurre sobre todo con personas inseguras.
Puede ser entre padres e hijos, entre amigos, pero sobre todo en las parejas. Si uno de los dos tiene posibilidades de llegar lejos, el otro, mentalmente y por miedo, puede poner el freno inconscientemente, con un instinto de equivocada protección. Entonces todas las cosas se tuercen y todos los proyectos se desvanecen.
Las personas así no se dan cuenta, no son conscientes de lo que su miedo provoca. Y he conocido a muchos hombres y mujeres con talento que han visto cerrarse los caminos porque la persona que más debería arropar los proyectos, mentalmente, los aborta.
Hay que cuidar del amor cuando se tiene como de una planta perfecta pero muy frágil, deseando lo mejor para el otro con generosidad y sin temores. Recuerda que el buen amor no puede sobrevivir atado, amordazado, ni enjaulado, y que si alguien te ama no dejará jamás de hacerlo, sean las que sean las circunstancias.
Miguel Hernández lo dice en un fragmento de uno de sus poemas “Tu amor me hace libre, me pone alas…” Como debe ser.
(La ilustración es de Tomas Ruth.)
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