AZUFRE, UN ARMA PODEROSA
En todas las civilizaciones antiguas el azufre fue considerado una fuente inmensa de salud, un elemento de descarga de las energías negativas que se acumulan en el cuerpo y en la mente.
La depresión y los dolores reumáticos se combatían con baños termales de ese mineral y era tenido en cuenta como un eficaz agente rechaza daños.
Ahora los científicos nos dan una serie de explicaciones técnicas que, como tantas otras veces, tratan de desmitificar los valores de las culturas más antiguas. Intentando desvelar misterios ancestrales, los afianzan más.
Han demostrado con todos los adelantos de hoy en día, y ya todo el mundo lo sabe, que el azufre nos descarga de electricidad estática, elimina los campos magnéticos generados por toda la caterva de elementos de los que nos rodeamos: teléfonos móviles, microondas…
Incluso nos cuentan que elimina de nuestra ropa confeccionada, la mayor parte de las veces con elementos nocivos, la parte insana de ella.
Pero hace miles de años no había aparatos para medir todo eso y ya el azufre era un elemento utilizado contra enfermedades reumáticas. Y las piedras de azufre retiradas de las canteras donde se producían, eran colocados cerca de las puertas de las casas, y quemado en polvo, para limpiar los espacios…
Y ahí vamos, a la antigua usanza…
RITUAL CONTRA ENVIDIA DEL AZUFRE:
Un martes de Luna nueva abre todas las ventanas de la casa.
En el lugar más central de ella, que suele ser un recibidor o un pasillo, coloca en el suelo, sobre una madera para no quemarlo, un recipiente de barro.
Mezcla a partes iguales polvo de azufre, incienso y mirra.
Rocía la mezcla con esencia de sándalo, si no la consigues, usa símplemente alcohol y préndela con cerillas de madera.
Azuza el fuego para que arda bien con algún cuchillo que ya dejes para estos usos y di estas palabras:
“Que los celos, la envidia y la maldad de mis enemigos, no permanezcan en este lugar.”
Es un ritual muy sencillo, pero puedo asegurar que es muy eficaz.
Y más sencillo aún es tener en algún lugar de la casa un pequeño platillo de azufre al que has de marcar con el índice la mano derecha el símbolo de la espiral.
O llevar en el bolso, dentro de una bolsita amarilla, una pequeña piedra de azufre cristalizado. En mi tienda trabajamos esta:
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